Ataques suicidas de ISIS provocan matanza en la evacuación de Kabul
La rama afgana del Estado Islámico (ISIS), que se autodenomina Estado de Khorasán (ISIS-K), se adjudicó los atentados suicidas registrados en el aeropuerto de Kabul ayer, con al menos 60 muertos afganos y 13 militares estadounidenses fallecidos. Además, hay al menos 140 heridos civiles y otros 18 del servicio de EEUU. Los funcionarios advirtieron que el número de víctimas podría aumentar.
Estados Unidos prometió venganza contra el grupo terrorista.
Visiblemente afectado, el presidente Joe Biden prometió en un discurso a la nación desde la Casa Blanca que su país no perdonará ni olvidará estos ataques.
Y endureciendo su tono de voz, clamó contra el EI: “Los perseguiremos y haremos que lo paguen”.
Para ello, ordenó a sus comandantes militares que desarrollen planes operativos para golpear objetivos del EI en Afganistán, a sus líderes y sus bases con el fin de responder “con fuerza y precisión”.
“Estos terroristas no ganarán —aseguró—. Rescataremos a todos los estadounidenses, sacaremos a nuestros aliados afganos y nuestra misión seguirá. EEUU no va a ser intimidado”.
Desde el Pentágono, el jefe del Comando Central de EEUU (Centcom), general Kenneth McKenzie, explicó en una rueda de prensa, en la que intervino telemáticamente, que un suicida del EI hizo explotar un chaleco bomba en una de las entradas del aeropuerto de Kabul, la llamada Abbey Gate.
“Hubo un atacante suicida que estaba atravesando la puerta y siendo registrado por personal estadounidense cuando detonó su chaleco explosivo”, detalló McKenzie.
Poco después, un segundo suicida activó una bomba similar cerca del Hotel Baron, próximo al aeropuerto.