Caso Characayo desata roces entre “renovación y perpetuos”

El caso de presunta corrupción del exministro de Desarrollo Rural y Tierras Edwin Characayo desnudó la división interna y pugna por el poder que existe dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS). Quienes se creen el clan de las vacas sagradas o generales contra el surgimiento de una generación renovadora. Un cruce de dardos azules que van desde la celada al ahora exautoridad intercultural, hasta la protección a ministros seriamente cuestionados.

Un ambiente tenso y desasosiego se refleja en las filas de los asambleístas del MAS. Pocos se animan a referirse a la situación por la que pasa ese partido, pero entre pasillos se escucha la voz y la necesidad de renovación.

Una de las voces más críticas al interior del MAS es la del diputado Rolando Cuellar, quien en su momento demandó el cambio de toda la directiva del partido, incluido el cargo de Evo Morales, porque habría fenecido su gestión.

Considera que este caso en contra de Characayo “ha sido planificado”, además de cuestionar el papel del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, a quien calificó de “ministrillo”, por la celeridad con que actuó para aprehender a una autoridad intercultural, pero que deja pasar hechos cuestionados en el que habría incurrido el ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño.

“ Lo que está pasando con el Ministro de Gobierno es parcialidad. Realmente él debería actuar de la misma manera con el Ministro de Obras Públicas, que es más grave que el delito de Characayo; es un piojo tuerto el delito de Characayo que el cometido con el ministro Montaño, con 36 vuelos de denuncias del aeropuerto del Chapare, una coima de 3 por ciento por el Tren Metropolitano”, cuestionó al referir al presunto planteamiento de del Castillo...